domingo, 17 de diciembre de 2017

LA PAZ DE VICHY

La Paz de Vichy

Francia, la gran Francia de Carlomagno, de Luis XIV, de Richelieu, de Francisco I, de Enrique IV, de Napoleón, de Clemenceau, de Turena, de Foch, sucumbió ante el fascismo de Mussolini y el Nacional Socialismo de Hitler.

Francia estaba cansada de la guerra y de los miles de muertos que había puesto en todas sus guerras, desde Carlomagno hasta la segunda guerra mundial. La paz estaba por encima de cualquier valor, ese era el comienzo de una nueva era.

Cuando Hitler invade Francia el 3 de junio de 1940 y se produce la primera incursión aérea sobre Paris, tiembla el pueblo francés ante la masacre de civiles ametrallados por la Luftwaffe. La vida de cientos de franceses es más importante que cualquier espíritu de halcón de la guerra.

Para Paul Reynoud, Presidente del Consejo Francés, Philippe Pétain, héroe de la primera guerra mundial y ahora un anciano que vivía bajo sus pasados laureles, y el general Weygand, Paris tenía que ser conservada para la posteridad. No más destrucción, no más violencia, no más odio entre pueblos que nacieron para vivir juntos y en paz.

Ante el ruego de Churchill a Francia de no rendirse, Weygand sólo vaticinó lo que debería suceder: “a Inglaterra le retorcerían el cuello como a una gallina”. El 14 de junio de 1940 Alemania desfila debajo del arco del triunfo francés. En plena plaza de la Concordia, donde Francia castigó orgullosa las monarquías usurpadoras de los derechos humanos, aterrizaron aviones alemanes.

Cae Paris, Orleans, Metz, a lo cual Pétain sólo manifiesta: “debemos cesar en la lucha”, negándose a continuar en ella a pedido de Inglaterra. “He preguntado a nuestro adversario si está dispuesto a firmar con nosotros, como se hace entre soldados  después de la lucha y poniendo a salvo el honor, un documento que ponga fin a las hostilidades.”

Vino entonces la paz ansiada por el pueblo francés: la humillación de Compiègne el 11 de noviembre de 1918 y la paz de Vichy, el colaboracionismo, la humillación, todo por la paz: “Bajo el punto de vista psicológico, los franceses estaban agotados, hastiados y desmoralizados; sólo querían que los dejasen en paz. Se había esfumado el ardor militar de los tiempos de la Revolución, de la Francia napoleónica o de la Francia de la Gran Guerra. Una generación de escritores franceses, había conseguido difundir entre vastos sectores de la población, la tesis de que el pacifismo era el único camino digno para una nación civilizada.” (Luis L. Snyder; La Guerra 1939-1945; Pensamiento e Historia; Ediciones m.r.; pag. 144)

Hoy esa época está borrada de la conciencia francesa. Quienes escribieron, lucharon, propugnaron, exigieron, firmaron, y defendieron esa paz, la paz de Vichy, hoy no son recordados, son olvidados, son tildados por cobardes, colaboracionistas y no son parte de la historia de Francia. Sólo es recordado Charles De Gaulle, quien sólo, pidió un micrófono, y desobedeciendo a toda la institucionalidad francesa, a su País, gritó: “Yo soy Francia”, y ese grito, esa desobediencia, ese llamado a la lucha contra la injusticia, contra la humillación, contra esa paz, salvó el honor francés.


¿Esa paz de Vichy es la que queremos en Colombia?

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