La Guerra de Corea y
Colombia
Lamentablemente
los colombianos no miramos sino hacia el Atlántico en razón a como nos
presentan los mapamundis que consultamos: América en el costado izquierdo u
Oeste, y Europa, Africa, Asia y Oceanía en el costado derecho o Este. Por esa
mera razón hablamos del lejano oriente, para referirnos a China, Japón, Corea,
Singapur, etc… Cuando la realidad geopolítica es que Corea y a quienes
señalamos como orientales, no lo son, sino que están a nuestra izquierda, es
decir, al Oeste nuestro. Para Colombia, Corea es un país occidental y no
oriental. Corea es nuestro vecino, con una inmensa calle de por medio: El
Pacífico. Colombia tiene que dejar de mirar el Atlántico y arrostrar el
presente en el Pacífico.
El
Presidente de los Estados Unidos, Harry Truman había advertido en marzo de 1947
que “La política de los Estados Unidos tiene que ser apoyar a los pueblos
libres que se resisten a ser subyugados por minorías armadas o por presiones
exteriores”. Ya había caído el “Telón de Acero” del que hablaba Winston
Churchill sobre todo el Este de Europa después del ataque de los rusos sobre
Berlín para acabar la segunda guerra mundial y había comenzado la Guerra Fría. En
principio los Estados Unidos atendieron solos la lucha en Manchuria (China) y
Corea para desalojar a los japoneses, sin embargo, los acuerdos que se
suscribieron en Yalta y Potsdam entre Estados Unidos y la URSS para poner
termino a la segunda guerra mundial y con el fin de lograr el compromiso de la
URSS de participar en la guerra contra Japón, le facilitó a la URSS recuperar
territorios que había perdido con Japón en la guerra con Rusia en 1905. Estos
acuerdos hicieron que apareciera el llamado paralelo 38 para dividir la
península de Corea en dos partes: una (la del Norte) bajo la influencia
soviética, y otra (la del Sur) bajo la influencia americana.
La
llegada del comunismo a China, con la victoria de Mao (1949), hace que este
país mire con mucho interés geopolítico a la península de Corea. La noche del
24 de junio de 1950 Corea del Norte, ya sin ocupación soviética, pasa el
paralelo 38 e invade Corea del Sur, de la cual igualmente ya no había ocupación
americana. Las Naciones Unidas instan al mundo a defender a Corea del Sur de la
agresión del Norte, y atienden su llamado los Estados Unidos y otras quince
naciones. Las fuerzas de la ONU, lideradas por Mac Arthur desalojan a los
norcoreanos de Corea del Sur e invaden Corea del Norte, lo que provoca la
intervención de China porque se ve amenazada por occidente.
Colombia,
en la transición de los gobiernos conservadores de Mariano Ospina Pérez y
Laureano Gómez, atendió el llamado de la ONU y alistó más de 1.000 hombres bajo
el mando del Teniente Coronel Jaime Polanía Puyo, quien tuvo como Capitán a
Alvaro Valencia Tovar.
Con
el mando sobre 3 patrullas colombianas, el Capitán Alvaro Valencia Tovar tuvo
su bautismo de fuego, y tras lograr cumplir la misión que le fue asignada el 7
de agosto de 1951, que era el control de una colina ocupada por Chinos, los colombianos
tuvieron 11 heridos y 3 muertos. Había comenzado el derramamiento de sangre
colombiana en Corea. Ningún otro País latinoamericano había enviado hombres a
combatir en Corea. El 13 de octubre vuelve el batallón Colombia a cumplir su misión
y deja 6 heridos y varios muertos. El ataque a la bayoneta que hicieron los
colombianos los hizo famosos por su arrojo y valentía. Los soldados colombianos
estuvieron en muchas acciones sangrientas, osadas y heroicas, entre ellas la
toma del llamado cerro 400, que gracias a su valentía se ganaron el “They are
crazy” de los americanos. Fueron muchas las bajas del batallón Colombia en
Corea. La sangre colombiana regó la península de Corea.
No
puede entonces Colombia en este momento analizar la nueva problemática de la
península de Corea, amenazada nuevamente con una guerra por el mismo agresor de
1950, con la indiferencia de quien vé un conflicto extraño. La guerra de Corea
involucró seriamente al ejército colombiano y por defender a la libertad y a la
democracia se inmolaron cientos de soldados y oficiales colombianos en la
tierra del vecino de enfrente: Corea.
Hay
que dejar de mirar tanto el Atlántico y mirar el Pacìfico, nuestro vecino del
Oeste.
JULIO
ENRIQUE GONZALEZ VILLA
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