Sócrates
en la República de Platón decía a Glaucón cuando trataban de formar el Estado
adecuado: “Pienso que, si nuestro Estado ha sido fundado correctamente, es por
completo bueno. Es forzoso que así se (replicó Glaucón). Y continúa Sócrates: Evidentemente,
pues es sabio, valiente, moderado y justo”
Nada
más y nada menos que las virtudes cardinales, fundamentales para que el Estado
pueda existir y existir tal cual debe serlo. Y comienza Sócrates a describir
cada una de esas virtudes del Estado:
“Verdaderamente
sabio me parece el Estado que hemos descrito, pues es prudente. ..Y esto mismo,
la prudencia, es evidentemente un conocimiento, ya que en ningún caso se obra
prudentemente por ignorancia, sino por conocimiento.”
En la
última sesión académica organizada por el Colegio de Abogados de Medellín para
analizar las nuevas normas de descongestión judicial, en primera fila,
inscrito, como asistente, en primera fila, y durante todo el tiempo, sin
pestañear, estaba el Doctor Carlos Aníbal Restrepo Saldarriaga. Siempre al
tanto de las últimas reformas, proyectos. Cuando la Ley estaba recién salida
del horno, ya él estaba preguntando opiniones, pues ya la había estudiado. He
sido testigo de la inmensa fila de colegas que acude donde el Doctor Carlos Aníbal
Restrepo Saladarriaga buscando consejo para encontrar la palabra adecuada, el
momento adecuado, la persona adecuada. Por qué? Por su reconocida Prudencia.
Virtud platónica que sólo nace cuando se estudia y eso es lo que ha hecho el
Doctor Carlos Aníbal Restrepo Saldarriaga durante toda su vida:estudiar, leer,
analizar. Aún me pregunta por el último biógrafo de Franco, o por el de Moro, o
por Agustín de Hipona.
Sócrates
continúa dialogando con Glaucón y le dice: “Pues bien, al poder de conservación
–en toda circunstancia- de la opinión correcta y legítima lo considero
valentía, y así lo denomino, si no lo objetas.”
Esa
valentía o fortaleza platónicas ha acompañado al Doctor Carlos Aníbal Restrepo
Saldarriaga en toda su vida. Ha defendido en todos los foros y lugares lo que
él ha considerado correcto sin importar quien esté presente. Aun recuerdo un
suceso del que todos hablan: en Cervecería Unión S.A, cuando fue invitado el
Presidente Belisario Betancur, el Doctor
Restrepo Saldarriaga, con respeto, pero sin miramientos de ninguna clase le
hizo un claro, rotundo y fuerte reclamo de unas actuaciones suyas como ministro
de trabajo, injustas con el sector productivo. Cuentan los testigos que el
hielo nunca se rompió. Pues cuando Carlos Aníbal Restrepo Saldarriaga se ha
formado una opinión, después de mucho estudio y análisis, no habrá fuerza
alguna, ni humana ni divina, que lo haga cambiar de parecer, pues es una
opinión correcta y legítima y la conservará y defenderá ante la misma
Providencia. El es la personificación de la Fortaleza, el muro infranqueable al
que acudimos todos para recostar nuestras debilidades.
Con
respecto a la moderación, es decir, la templanza, Sócrates dice: “la moderación
se parece a una concordancia y a una armonía…La moderación es un tipo de
ordenamiento y de control de los placeres y apetitos, como cuando se dice que
hay que ser dueño de sí mismo….En lo que hace a los deseos simples y mesurados,
en cambio, que son guiados por la razón de acuerdo con la opinión recta y
sensatamente, los hallarás en unos pocos, los que son mejores por naturaleza y
también por la forma en que han sido educados”
Nunca
ha dejado de probar el Doctor Carlos Aníbal Restrepo Saldarriaga los mejores
placeres de la vida: bebió de los mejores vinos, degustó las mejores viandas,
rió de las mejores ocurrencias, disfruta de las mejores compañías, asiste a
innumerables tertulias a las que cariñosamente llama sus costureros, estudia,
lee, conversa, y tiene tiempo para todo, pero por encima de todo: su centro es
su familia. Esa ha sido la vida ejemplar de este jurista: una vida moderada,
frugal, donde todo se puede hacer y nada se puede hacer, donde el justo medio,
la virtud, como sintetiza Santo Tomas a la templanza o moderación, ha brillado
durante todo este maravilloso ejercicio personal y profesional del Doctor
Carlos Aníbal Restrepo Saldarriaga.
Y
sobre la virtud platónica por excelencia, sobre la Justicia, Sócrates le
manifiesta a Glaucón: “Lo que desde un comienzo hemos establecido que debía
hacerse en toda circunstancia, cuando fundamos el Estado, fue la Justicia…Pues
establecimos, si mal no recuerdo, y varias veces lo hemos repetido, que cada
uno debía ocuparse de una sola cosa de cuantas conciernen al Estado, aquella
para la cual la naturaleza lo hubiera dotado mejor…Y que la justicia consistía
en hacer lo que es propio de uno, sin dispersarse en muchas tareas…En tal caso,
mi amigo, parece que la justicia ha de consistir en hacer lo que corresponde a
cada uno, del modo adecuado….Opino que lo que resta en el Estado, tras haber
examinado la moderación, la valentía y la sabiduría, es lo que, con su
presencia, confiere a todas esas cualidades la capacidad de nacer y –una vez
nacidas- les permite su conservación. Y ya dijimos que, después de que
halláramos aquellas tres, la justicia sería lo que restara de esas cuatro
cualidades.”
Si hay
algo que tiene que resplandecer en el cenit de la carrera profesional de un
abogado es el amor a la Justicia, supremo bien y valor esencial que tiene que
brillar en el ejercicio del derecho, bellísima profesión a la que ha dedicado
su vida con todo el decoro el Doctor Carlos Aníbal Restrepo Saldarriaga.
A
pesar de que dirigió con altura importantes empresas, como COMFAMA, que ejerció
la majestad de la justicia como Juez, que dirigió los asuntos jurídicos en el
Seguro Social, en Cervecería Unión, en Nacional de Chocolates, en el Grupo
Mundial, que ejerció la política como dirigente del Partido Conservador y como
servidor público fue Secretario de Despacho de la Alcaldía de Medellín, su
pasión ha sido y es el ejercicio de la profesión liberal de abogado, pasión que
nos congrega a todos, y que nos obliga a brindarle este modesto pero justo y
merecido homenaje, pues usted, como los dijo Sócrates ha ejercido y ejerce su
profesión de abogado del modo adecuado, es decir, del modo justo.
Usted
es y ha sido un verdadero guardián del Estado como lo quería Platón.
Doctor
Carlos Aníbal Restrepo Saldarriaga: gracias por su presencia, gracias por su
ejemplo, gracias por sus consejos, gracias por su donosura en el ejercicio de
la profesión, gracias por mostrarnos que, parodiando a Robledo Ortiz, aún hay una Antioquia sin genuflexiones, sin
fondos ni declives, una raza con alma de bandera y grito de clarines, un pueblo
que mira a las estrellas buscando sus raíces, una raza en que las hachas son
blasones de la estirpe, una tierra de granos y de espigas, de cantos y
repiques, de azules madrugadas y de tardes apacibles y en la que el corazón de
Cristo llena el corazón de los humildes.
Muchas
gracias Doctor Carlos Aníbal.
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