En Defensa del General Nariño
Como entusiasta de la historia comencé a ser asiduo televidente de la novela llamada La Pola porque presuntamente iba a mostrar los acontecimientos que sucedieron en nuestra patria entre los primeros 25 años del siglo XIX, teniendo como figura central a Policarpa Salavarrieta.
Cual no sería mi sorpresa cuando en la novela televisiva muestran amores entre la señora del General Antonio Nariño, Sra Magdalena Ortega, y Don Jorge Tadeo Lozano, fruto de los cuales nacerían dos hijas.
Inmediatamente me dí a la tarea de buscar en todos los textos históricos que tuve a mi alcance y por parte alguna se hablaba de ello. Todo lo contrario, encontré comentarios sobre la virtud y el señorío de Doña Magdalena Ortega de Nariño.
Recordé una muy buena biografía sobre Antonio Nariño, que había leído hacía ya muchos años, escrita por Enrique Santos Molano, y volví a leerla toda.
Me encontré un Apéndice titulado Sobre las Hijas de Nariño y allí está demostrada la falsedad, la superficialidad y la injuria cometida contra Don Antonio Nariño, contra Doña Magdalena Ortega, contra sus hijos e hijas, y contra toda su descendencia, además contra Don Jorge Tadeo Lozano, su señora esposa y toda su descendencia.
Resulta que una seudohistoriadora denominada Carmen Ortega Ricaurte escribió un artículo denominado Sobre las Hijas de Nariño en 1996 y ese artículo fue el soporte para que el Director de la novela decidiera que ello fue así, sin importar las consecuencias.
Con motivo de esa injuria, el presidente de la Sociedad Nariñista de Tunja, anunció una denuncia por calumnia “por el honor de una mujer que vivió hace más de 200 años”.
Toda la hipótesis de la Sra Carmen Ortega la fundó sobre la percepción que ella tiene de un cuadro pintado por Joaquín Gutiérrez y que se exhibe en el museo del 20 de Julio en Bogotá.
Según Doña Carmen ese cuadro presenta a una mujer en estado de gestación con un niño en brazos y un medallón en el cuello. Dice Doña Carmen que el medallón representa la imagen de Jorge Tadeo Lozano, y que se fijó en él porque en su parecer la pintura había sido alterada y se había ocultado el medallón.
Después dijo Doña Carmen que ese cuadro le hablaba, lo que le permitió llegar a la conclusión que las hijas de Nariño no eran de él, porque él estaba preso cuando fueron concebidas, que por lo tanto era de Don Jorge Tadeo Lozano.
Todo este escándalo generado por las hipótesis de Doña Carmen Ortega Ricaurte se dio entre 1995 y 1996 y las publicó en El Tiempo. Posteriormente El Tiempo volvió a hablar del tema en abril 1 del 2001, en un artículo de Liliana Angélica Martínez.
Recomiendo leer el Apéndice de Enrique Santos Molano (Antonio Nariño. Filósofo y Revolucionario. Editorial Planeta, Bogotá, 1999, Pag. 589 y ss).
Santos Molano explica muy bien que Nariño no era cualquier preso, pues era miembro de una de las familias más distinguidas de Bogotá, muy reconocido, muy influyente, y que por tal motivo, muy seguramente se le permitieron visitas a su celda a su señora esposa, por un lado, y por el otro lado, no existe ningún documento que diga que la dama del cuadro es Doña Magdalena Ortega sino mas bien es la Señora esposa de Jorge Tadeo Lozano (Léase lo dicho por la genealogista Beatriz Barón de Blanco).
Deben rechazarse hipótesis no demostradas y más cuando con las mismas se afecta la honra de personas que, aunque desaparecidas, no dejan de tenerla para la posteridad y para su descendencia.
Es irresponsable una producción televisiva como la presentada por el canal RCN en la cual se le dio plena credibilidad a la febril imaginación de Doña Carmen Ortega Ricaurte, a quien le hablaba un cuadro.
Julio Enrique González Villa
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