Los Entrometidos y los Infiltrados en la UPB
Fui profesor investigador de la Universidad Externado de Colombia, estuve dictando clases allí durante 10 años, hice en esa Universidad una especialización en Derecho Ambiental e hice mi doctorado en la misma, al cual le dediqué siete años. No tengo con la Universidad Externado de Colombia y con su Rector, Doctor Fernando Hinestrosa Forero, sino agradecimiento por haberme abierto sus puertas. Dejé allá muchos amigos y alumnos. Pero el día en que haya un debate interno en esa Universidad con ocasión de sus estatutos, de sus decisiones, etc… no me involucraría, por mero respeto. De la misma manera, hice una maestría en la Universidad EAFIT de Medellín, allí estuve cinco años, y el día que haya un debate interno sobre la razón de ser de esa Universidad, tampoco me involucraría, por mero respeto. Dicto y he dictado clases en la Universidad de Medellín, en la Universidad Libre de Pereira, en la UNAB de Bucaramanga, en el CES de Medellín, en la Universidad de Antioquia, en la Escuela de Ingeniería de Antioquia, en la Universidad Católica de Oriente donde fui parte del comité fundacional de la Facultad de Derecho y dicté clase durante 10 años, y de la misma manera, ante un problema interno o ideológico, no me involucraría, por mero respeto a todas esas Universidades que me han abierto generosamente sus puertas.
Mi alma mater, mi casa, es la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana. Eso escogí y asumo esa consecuencia para el resto de mi vida. A pesar de haber hecho especializaciones, maestría, doctorado, en otras universidades, el sello que imprime el carácter lo da donde se hace y aprueba el pregrado. Allí se forma el abogado.
A pesar de que se obtenga un diploma que lo llame a uno egresado de la UPB, por el hecho de hacer allí un posgrado, el imprimátur no lo entrega ese documento. Se necesita ese título del pregrado, ese haber pasado por toda la nómina de grandes profesores de la UPB, para adquirir ese talante bolivariano, esa formación que sólo es capaz de asimilar el joven que mira la vida como su gran reto. Respeto a todas las otras universidades, las admiro, las valoro, agradezco enormemente sus puertas abiertas, pero exijo a cambio lo mismo de los egresados de ellas: respeto por la Facultad de Derecho de la UPB.
Censuro pues, en consecuencia, a los profesores de la Universidad de Antioquia (Claustro de Profesores) que escribieron, opinaron y tomaron partido en la crisis interna de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Pero censuro con más derecho a algunos egresados de la Universidad de Medellín a quienes la UPB les abrió las puertas para vincularlos como docentes y han tomado parte muy activa en el debate que se ha abierto en la UPB con motivo de la renuncia de la exdecana de Derecho.
Se involucran los profesores de la U de A porque en su parecer se está amenazando la libertad de cátedra o de expresión en la U.P.B. ¿Olvidan ellos por qué razón nació la Facultad de Derecho de la Bolivariana? Nació precisamente porque en 1936 no había libertad de expresión ni de cátedra para algunos profesores y estudiantes de la Universidad de Antioquia; en consecuencia resolvieron emigrar de esa Universidad y fundar otra donde sí la hubiera para ellos. ¿Olvidan los profesores de la U de A, por qué razón fue reforzada la Facultad de Derecho de la U.P.B. en la década de los setentas con profesores como: Horacio Montoya Gil, Pedro Escobar Trujillo, Luis Gabriel Botero Peláez, Jesús Vallejo Mejía, Jairo Escobar Padrón, Gabriel Jaime Arango, Enrique Gaviria Gutiérrez, Jairo Duque Pérez, entre otros? Porque no tenían en la Universidad de Antioquia garantías suficientes para ejercer su derecho a la libertad de expresión y a la libertad de cátedra. Les recuerdo que muchos de esta oleada de los setentas eran de origen liberal.
La Universidad Pontificia Bolivariana es una gran casa de estudios donde se practica, se respeta la libertad de expresión, donde jamás durante estos 20 años he vivido una sola censura. Tiene hoy su Facultad de Derecho un problema sí, pero un problema que ocasionó la desacertada administración de la exdecana saliente, que salió por la puerta de atrás, denigrando de la casa que le dio todas las oportunidades de lucimiento, haciendo escándalo, mintiendo, y no tuvo la grandeza de los bolivarianos. Desafortunadamente la excepción confirma la regla.
Los bolivarianos estamos haciendo el debate, con altura, a quien sea, aún ante las mismas autoridades eclesiásticas; pero lo haremos nosotros, no los entrometidos ni los infiltrados de afuera. Y nosotros promoveremos la refundación de la Facultad.
Julio Enrique González Villa
Profesor Titular.
Egresado de la Facultad de Derecho de 1983.
Buenos días Julio,
ResponderEliminarNo será que quienes opinaron sobre el asunto están de acuerdo con usted en que la facultad de la UPB nació como una respuesta a la censura en otras universidades y que ésta siempre se caracterizó por su defensa de la libertad de expresión?
Puede ser que lo que ahora los preocupa es que esta tradición se esté perdiendo y que en esté fortín de la independencia y la libertad del pensamiento haya temas vetados.
Porque además, el hecho de que personas con ideologías afines a la de la universidad no se hayan sentido nunca censuradas no significada nada, la libertad de expresión no consiste en dejar hablar a quien piensa como nosotros, todo lo contrario, se trata de buscar espacios para que quienes piensan diferente puedan expresarse.
Saludos,
Pedro:
ResponderEliminarConsidero que la libertad de expresión consiste en permitir que el otro exponga lo que considere; siempre y cuando esas consideraciones se hagan con respeto y altura.
He sido testigo durante muchísimos años (desde 1979)que en la facultad de Derecho de la UPB se puede decir lo que a uno le plazca; pero considero inaceptable que algunos profesores o columnistas se refieran en términos vulgares u ofensivos a posturas principialísticas que hacen parte del espíritu fundacional de la Universidad Pontificia Bolivariana