viernes, 9 de diciembre de 2011

Un reclamo a Laureano Gómez: ¡El Hombre de Marinillla!

DON ROMAN GOMEZ GOMEZ


«El hombre de Marinilla»

“Y tú Crispín, mal hombre, el del tinglado de la farsa, violador de la Constitución y de las leyes. Tú Crispín, aprovechador de las influencias oficiales a favor de tus personales ambiciones y de las de tus parientes, allegados y servidores. Tú Crispín, negociador miserable de viles granjerías, robadas al bienestar de los afligidos que gimen en las cárceles. Tú, violador del sagrado secreto de la correspondencia para aprovecharlo en tus negocios y maquinaciones políticas. Tú, Crispín, que te disimulas por los pasillos de los ministerios, las administraciones y las pagadurías recogiendo los provechos de una administración complaciente para alimentar la inmensa caterva de los tíos, los sobrinos y los parientes. Tú, Crispín, que violas el sacrosanto silencio de las tumbas que no debiera ser perturbado para hacer cieno con las cenizas y tratar de arrojarlo contra mí creyendo, iluso, que me detendrías en el camino de la justicia. Tú, calumniador sin imaginación, que no has podido respaldar tus osados dichos sino con el anónimo…” (Si Laureano viviera, Antonio Cacua Prada)[1]

Fueron estas tormentosas y calumniadoras palabras las que marcaron a Don Román Gómez en la historia política del País. Nada más fuera de la realidad y sólo refrendado por un fín, porque Laureano Gómez era absolutamente maquiavélico, y para lograr su objetivo usó de todo tipo de armas, unas ilícitas como esta calumnia sobre éste hombre de Marinilla.

EL HOMBRE

Nació  Román Gómez el 20 de octubre de 1.879 y murió en Bogotá el 8 de agosto de 1.951, a los 72 años, luego de una penosa enfermedad. Miembro de una de las familias más preclaras de la ciudad de Marinilla.

Fue su padre el señor Fulgencio Gómez Gómez, y su madre, María Jesús Gómez Ossa. Sus hermanos: Leonor, Débora, Samuel, Antonio, Leocadio, Eugenio, Rebeca y Concepción.

Su padre, Fulgencio, hermano de Germán, Teofilo, Rosario, Nacianceno, María Teresa, María del Carmen, Isabel, María Jesús, Mercedes, Antonio José y Julia Gómez Gómez, hijos todos de Leocadio Gómez Alzate y Juana María (Juanita) Gómez Gómez.

Estudió en el Colegio San José de Marinilla, luego en el Seminario Conciliar de Medellín y el bachillerato, en la ciudad de Medellín, en el Colegio San Ignacio de Loyola de los Jesuitas. Cuando joven trabajó con sus padres y familiares en la famosa salina de Cruces, propiedad de los Gómez en el sector del Viao del hoy Municipio de El Santuario. Dicha salina fue una herencia recibida por Juanita Gómez Gómez, esposa y prima a la vez de Leocadio Gómez Alzate, abuelos de Don Román. Cruces fue una finca tan extensa que sus terrenos incluyeron los municipios de Santuario, Granada y Cocorná.

Dicen que fue tan famosa la explotación de la salina en Cruces, pues databa de finales del siglo XVIII, que el General Pedro Nel Ospina la visitó y de esa visita quedó impresionado de la inteligencia y presentación de la persona que lo atendió. Esa persona fue Román Gómez[2].

Fue Concejal de Marinilla. Por su don de gentes, prudencia e inteligencia fue elegido para la constituyente de 1.910, de la mano de su paisano, Don Abraham Moreno. Los antioqueños fueron quienes más se opusieron al gobierno de Rafael Reyes por  el desconocimiento de éste del Congreso y de la Constitución. Con ocasión de la caída de Reyes se cita a una Asamblea Constituyente en 1.910. En dicha Asamblea Constituyente es compañero del General Pedro Nel Ospina, “siguiéndolo con lealtad y con fé en medio de las vicisitudes circundantes..”[3]

La Asamblea Constituyente de 1.910 fue convocada por el gobieno provisorio de Ramón González Valencia por solicitud de 470 concejos municipales, lo que les dio el derecho a los municipios de elegir sus representantes: 3 diputados por cada una de las circunscripciones. Dos representaban la mayoría y uno la minoría, herencia de Reyes, lo que le dio estabilidad y tranquilidad a la misma.

Con el prestigio que obtiene en la Asamblea Constituyente, llega a la Asamblea de Antioquia y es Presidente de ese cuerpo en diez oportunidades: (1914, 1920, 1922, 1924, 1926, 1928, 1930, 1934, 1936). Se convirtió entonces en jefe político indiscutido del partido conservador.

Desde la Asamblea se convirtió en un defensor de la autonomía municipal para el correcto y adecuado manejo de sus finanzas.

Fue elegido Representante a la Cámara y repitió en varios períodos: 1.917-1918; 1.921-1.922; Fue su Presidente en 1.922. Posteriormente fue elegido senador: 1.923-1927; 1.931-1.935. Fue presidente del Senado en 5 oportunidades.

Aunque el Presidente Concha le ofreció la Gobernación del Departamento de Antioquia, el Presidente Suárez le ofreció el Ministerio del Tesoro, el Presidente Ospina  le ofreció los Ministerios de Gobierno, Obras Públicas y Hacienda, el Presidente Olaya le ofreció el Ministerio de Gobierno, no los aceptó[4].

El 10 de julio de 1.932 es elegido segundo designado a la Presidencia de la República, a pesar de estarse dentro de una Presidencia Liberal (Enrique Olaya Herrera). Dada esa circunstancia fue elegido como primer designado el Capitán Julián Uribe Gaviria (hijo del Doctor Rafael Uribe Uribe). Fue Presidente del Consejo de Estado durante 3 años, donde brilló por sus conocimientos jurídicos, y Miembro de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores.

Como defensor de la autonomía municipal y de sus finanzas, promovió fábricas de cerveza para mejorar los fiscos municipales, lo que lo enfrentó al Gobernador de Antioquia Ricardo Jiménez Jaramillo, y ocasionó la división del partido conservador en Antioquia[5]. Creía que si cada Municipio tenía su propia fábrica de licores se mejorarían sustancialmente sus ingresos.

No fue orador, pero manejó de forma impecable la lógica y el silogismo, de manera que con su dialéctica impuso sus ideas[6].

Nunca aceptó un cargo público de nombramiento, los cargos que ejerció fueron todos de elección, lo que resalta y enaltece el verdadero político. Jamás fue un burócrata.

La Ley 23 de 1.966 honró su memoria.

EL TRANVIA DE ORIENTE

Partía de Medellín (Barrio Manrique: Cra 45 con calle 66). La sociedad promotora del Tranvía se denominaba: Sociedad Constructora del Tranvía Intermunicipal por la Carretera de Oriente” y sus socios fueron: Medellín, Marinilla, La Ceja, El Santuario, San Carlos, Cocorná, El Peñol, Granada, El Carmen, Guarne y San Vicente, y fue constituida el 18 de noviembre de 1.924.

Román Gómez hizo posible la ley 66 de 1.923 y la Ordenanza 19 de 1.923 que determinaban que cualquier empresa ferrea que se construyera en cualquier municipio, sería subvencionada así: el 35% por la Nación, el 35% por el  Departamento y el 30% restante por la empresa.

La línea férrea llegó a Marinilla el 12 de octubre de 1.927. Pero la crisis económica o gran depresión de 1.930, la caída del régimen conservador, y el ataque desalmado de Laureano Gómez contra Román Gómez y el consiguiente retiro de éste de la vida pública, aunado ante el incumplimiento por parte del Departamento de Antioquia y del Municipio de Medellín con su parte conforme se había previsto el proyecto, dieron al traste con este importante proyecto de transporte[7].  

El Tranvía de Oriente se constituye en el precedente para construir el tren de cercanías que tiene que unir a todos los municipios del Oriente con la ciudad de Medellín para consolidar la integración que físicamente ya existe entre el Valle de Aburrá y el Valle del Oriente. Esta es la visión del conocido como “Hombre de Marinilla”. Debe reconocerse que la visión de Don Román Gómez se hizo realidad con la construcción de la vía Medellín Bogotá, que prácticamente sigue el programa proyectado del Tranvía de Oriente. Román Gómez decía que el ferrocarril de Antioquia no debía ir a Puerto Berrío, sino a Nare por el Oriente.

EL ROMANISMO

Román Gómez impulsó y defendió la autonomía municipal, en ese momento con la bandera de la descentralización. Esta bandera lo enfrentó con los Sres. de Medellín, porque su descentralización no sólo era la de la provincia frente a Bogotá, sino la de los Municipios de Antioquia frente a Medellín.

Sus tesis lo enfrentaron al Gobernador de Antioquia, Ricardo Jiménez Jaramillo, y Carlos Vásquez Latorre (representante de los notables de Medellín). También fue su contrincante en esta época el Dr. Pedro José Berrío.

Se menciona que con el Dr. Carlos Vásquez Latorre hubo fuertes enfrentamientos, pues en 1.928 Vásquez Latorre venció a Román Gómez y éste se enfrentó en disidencia venciéndolo a su vez, derrotando a todo el directorio conservador de Antioquia, lo que hizo antirromanistas a todos los que conformaban el Olimpo Conservador, al verse vencidos por un provinciano[8].

Los vasquiztas no arriaron sus banderas sino por el contrario arreciaron en la lucha, atribuyéndole a su movimiento el significado de “defensa de la pura doctrina”[9], siguiendo las directivas laureanistas.

El Romanismo debe entenderse como un sinónimo de descentralismo. Román Gómez siempre estuvo al lado de Carlos E. Retrepo, Pedro Nel Ospina y Abraham Moreno, descentralistas definidos

También se llamó romanismo a las coaliciones que hizo Don Román Gómez durante el Gobierno de Olaya Herrera, para el bien del partido conservador, porque había perdido las elecciones presidenciales y en la Cámara, y porque era la mayoría en el Senado de la República. El arte de negociar para sacar adelante las propuestas legislativas buenas para el País, en contraposición a la confrontación irreflexiva y polarizante, fue denominada despectivamente, entre otros, por Laureano Gómez, como romanismo.

Fue tan agresivo y desquiciante el ataque a Don Román Gómez Gómez que, en la propia Marinilla, una pequeña sobrina de Román de apenas 5 años, Rebeca, hija de Antonio, entró llorando a la casa porque le habían gritado “egoísta”, cuando el pretendido insulto a esta infante fue el de “romanista”. Esta anécdota me la contó su hermana, la Señorita Bertha Concepción Gómez


LAUREANO GOMEZ CASTRO

De padres santandereanos (Ocaña-Norte de Santander), pero nacido en Bogotá. Ocaña: tierra de intransigentes: tierra de los Caros y de los Gómez Castro.

No quiso ni la tierra ni la gente colombiana. Nos soportamos para decir esto en la célebre conferencia que dictó en el Teatro Municipal en 1.929, donde según Mario Latorre Rueda dijo “La tierra nuestra ofrece un panorama de rocas desnudas, sombrías y hostiles y de selva, calor, bejucos y lluvia; la raza la integra el mestizo que es falso, servil, al que repugna el trabajo, y el negro, al que hizo el diablo”[10]. Obviamente Laureano se había dedicado a observar a sus coterráneos y más cercanos paisanos: Santanderes, Boyacá y Cundinamarca. Y francamente pienso que el no encontrar ese mestizaje, ni la raza negra en Antioquia, como sí en su región y en otras, hizo que despertara en él un sentimiento de ira que siempre dejó traslucir.

Refiriéndose a la época de régimen conservador entre 1.910 y 1.930, decía que se “transitan entonces caminos de decrepitud, de ceguera y de torpeza”, al mismo tiempo que Alfonso López Pumarejo, su amigo, atacaba al Gobierno Conservador repitiendo su lema de que la prosperidad era a debe[11]. Laureano Gómez le hizo la campaña al partido liberal para regresar al poder. Sólo pensó en sí mismo para arrebatarle el poder a los notables del partido (léase los antioqueños) aún a costa de la pérdida del poder.

Dijo Juan Lozano y Lozano:

“Parte de primerísimo orden tiene el doctor Gómez en la formación de descrédito que dio en tierra con la sólida hegemonía conservadora; de aquí que fuera, durante dos décadas de su violenta vida pública, el niño mimado del liberalismo. Combatían los liberales contra hombres y contra sistemas conservadores; contra esos mismos hombres y sistemas insurgía en más feroz escala el doctor Laureano Gómez. Era de suponer que debería existir entre él y los prohombres liberales que lo tuvieran como eficaz aliado de campañas –un Herrera, un Fabio Lozano, un Alfonso López, su amigo entrañable- ciertas afinidades electivas.”[12]

La amistad y manguala de Laureano y López Pumarejo fué tan evidente que Olaya manifestó que “recorrerá el País para denunciar la fraternidad política entre el Jefe del Estado y el Jefe de la Oposición”[13].


EL ODIO A LOS ANTIOQUEÑOS

Contra el radicalismo de don Aquileo Parra, liberalismo anticlerical, elegido en 1.874, se levantó el Estado de Antioquia en el año de 1.876 generándose la guerra civil. En dicha guerra el General en jefe del Ejército antioqueño fue Marceliano Vélez, y tuvo entre todos sus seguidores, compañeros y amigos, a Abraham Moreno y Pedro Nel Ospina; Rafael Uribe Uribe participó en esa guerra del parte del gobierno o partido liberal[14]. Aunque la rebelión no triunfó, dicha guerra obligó a repensar el exclusivismo preconizado por el Olimpo Radical, por lo que hizo decir el Presidente del Congreso, Rafael Nuñez, en la posesión del nuevo Presidente de los Estados Unido de Colombia, Julian Trujillo, la famosa frase que debía cristalizarse años más tarde:

“El país se promete de vos, señor, una política diferente, porque hemos llegado a un punto en que estamos confrontando este precioso dilema: Regeneración Administrativa Fundamental o Catástrofe”

La guerra de 1.876 unió fuertemente a la sociedad marinilla, muy especialmente a Fulgencio Gómez, padre de Román Gómez, y Germancito Gómez, hermano de Fulgencio, con el General Marceliano Vélez, quien se convertiría más adelante en el jefe de los conservadores históricos (autonomistas) y quienes le harían la oposición a Miguel Antonio Caro y sus nacionalistas (centralistas de aquella época).[15]

La formula de Rafael Nuñez para llegar al poder de centralización política y descentralización administrativa y que debía culminar con la Constitución de 1.886 nunca se hizo realidad, pues el real hacedor de la Carta Política y de su desarrollo legal fue Miguel Antonio Caro, y no Rafael Nuñez.

Con la política emprendida por el Señor Caro el librecambio y las autonomías regionales sufrieron ostensiblemente. Este fue el caso de la política antioqueña, que se basó en estos postulados. Consecuencia de esto fue la división conservadora entre nacionalistas (seguidores de Caro) e históricos (defensores de las autonomías regionales y las libertades). Los antioqueños hicieron causa común con su compatriota, el general Marceliano Vélez.

Se recuerda que ningún antioqueño fue elegido por Nuñez, léase Caro, para integrar el Consejo Nacional de Delegatarios que elaboraría la constitución de 1.886, pues los antioqueños se sentían muy a gusto con la federalización y la armonía partidista lograda con el gobierno de Pedro Justo Berrío[16]:

“En esta sección de la República no sería fácil suplantar el sistema federativo por otro, porque desde el tiempo de la colonia, el pueblo antioqueño adquirió hábitos de verdadera federación; y cuando ha estado sujeto por necesidad al régimen central, siempre se le ha visto conservar su tipo original y anhelar la forma federal. Por esto aceptó de buena fé y defiende con entusiasmo la Constitución de Rionegro; porque, ya lo he dicho otras veces y vuelvo a repetirlo ahora, esta Constitución es buena en lo general, y hablando con sinceridad, no se le puede rechazar más que por las tiránicas disposiciones que contiene sobre materias eclesiásticas” (Mensaje de Pedro Justo Berrío a la Legislatura de Antioquia en 1.873).

El conservatismo antioqueño fue hostil a Miguel Antonio Caro y a Sanclemente[17], doctrinarios radicales del conservatismo, padres de la doctrina proclamada por Laureano Gómez. Es de recordar que Pedro Nel Ospina en 1.892 fue un decidido opositor a la llamada Ley de los Caballos emitida bajo la férula de Miguel Antonio Caro contra la libertad de prensa[18].

El General Marceliano Vélez, antioqueño, fue un abierto opositor al gobierno de Miguel Antonio Caro. Carlos E. Restrepo y Pedro Nel Ospina, compañeros y subalternos del General Vélez. Fue Abraham Moreno, el mentor político de Román Gómez, el alter ego del General Marceliano Vélez.

Cuando se retiró del poder Miguel Antonio Caro en 1.896, Presidente por la muerte de Núñez, quedó como Designado en la Presidencia el General Guillermo Quintero Calderón, quien nombró como ministro de gobierno a Don Abraham Moreno, ¡quién dijo que Dios es Cristo!. En forma inmediata Miguel Antonio Caro reasume el poder para impedir que un hombre de concordia nacional, que ponga a la Patria por encima de los partidos, como Abraham Moreno (maestro de Román Gómez) se posesionara:

“Es gran error creer que se apacigua el enemigo trayéndolo a los primeros puestos. Se le ensoberbece, y los leales amigos se resienten con justicia. No habría mejor medio para venir al poder que hacer oposición; pero los partidos no admiten tales evoluciones.
La armonía de los elementos cristianos no se obtiene nombrando cardenales protestantes…
El Señor Abraham Moreno, que ha suscrito el manifiesto revolucionario del general Vélez, ha sido nombrado ministro de Gobierno, que es el ministro de la política. Los “veintiuno” lo ha excitado a que venga, y ha accedido a su invitación. Posesionado, se apoyaría en ellos, les daría alas para todo, surgirían forzosamente conflictos con los gobernadores, dimisiones, cambios…el desastre…
No puedo consentir que el señor Moreno se encargue del Ministerio de Gobierno. Si se insiste en eso, tendré que volver a encargarme del poder” (Sopó, marzo 15 de 1.896, Carta de Caro a José Manuel Marroquín).

El conservatismo antioqueño, léanse los históricos, no entró de buena gana en la guerra de los 1.000 días al lado de los nacionalistas, por sus profundas diferencias con la forma de gobierno de Caro y su autoritarismo, y por el contrario tuvo bastantes flirteos con los liberales momentos antes de la guerra:

“Estamos en plena dictadura. El Gobierno de la Nación ha violado la Constitución y las leyes que sus miembros juraron cumplir y defender. El gobierno de la nación se ha rebelado contra la legalidad, se ha declarado la guerra al país entero. Comienza o debe comenzar la lid gloriosa de Colombia contra sus enemigos…” (El Cascabel. Periódico conservador de Antioquia)[19]

Tampoco aceptó el conservatismo antioqueño a Rafael Reyes. Desde 1.904 el conservatismo, mezclados sus dirigentes con los sectores económicos antioqueños, lo que los unía al liberalismo de la región predicó “una coalición que permitiera el regreso a prácticas civiles y legalistas, con el reconocimiento de los derechos políticos a ambos partidos.”[20], para salir del enfrentamiento permanente de las incesantes guerras civiles partidistas decimonónicas que culminaron con la de los 1.000 días con la consecuencia funesta de la pérdida de Panamá.

Véanse las palabras de los grandes jefes conservadores antioqueños[21]:

“…bien he visto que estas ambiciones lugareñas despertadas por Reyes, son una verdadera locura, y por ese lado de la demencia me parecen disculpables tales desatinos.
…Por fortuna se trata de casos de locura localizada; los demás pueblos de Antioquia, especialmente los de Oriente, comprenden lo que vale la unidad de acción de un pueblo grande y de una raza fuerte, y se libertan del virus parroquial…” (Carta de Carlos E. Restrepo a Román Gómez el 23 de febrero de 1.910)

“Cada día se convence uno más de lo terrible que sería caer nuevamente en manos del Reyismo, disfrácese como se disfrazare –hasta de religión- y el ningún derecho que tiene para gobernar el país. No podemos consentir en que esa gente vuelva a explotarnos y a humillarnos, ni menos que su dominio se entronice con los elementos que el mismo Reyes nos dejó. ¡Cómo se reiría la historia de nosotros y nos maldeciría la posteridad si legamos otra dictadura por el querer de un Senado que en su totalidad nombró Reyes y de una Cámara que casi en su totalidad eligieron los gobernadores de aquél.” (Carta de Carlos E. Restrepo a Antonio José Cadavid el 25 de noviembre de 1.909)

“…Esto no se lograría (el abocar el problema con Estados Unidos por el raponazo de Panamá) sino…permitiendo al País entero, por medio de sus representantes constitucionales, asumir en consecuencia las responsabilidades que la resolución de semejante cuestión trae consigo, y que no deben repartirse o diluirse entre el personal –sin duda bien intencionado- de corporaciones de carácter ambiguo y que por su origen carecen de raíces en la opinión pública y de personería legal y que por la selección de su personal –según lo ha demostrado la experiencia de los últimos años- están faltas de autoridad moral y muy lejos de poder representar genuinamente el querer y los intereses y sentimientos de la nación, ya que ésta no ha tomado parte ninguna en su nombramiento, hechos por agentes mediatos o inmediatos del presidente de la república.
…Entre los propósitos que la revolución de 1899 presentó a los pueblos como bandera, figuraba, según es pública notoriedad, la reforma de la Constitución de 1886 en el sentido de dar más vida a las secciones descentralizando la administración, sin perjuicios de la necesaria centralización  política y de restringir, para evitar el desequilibrio existente, las facultades y atribuciones del poder ejecutivo. Estas eran aspiraciones de la gran mayoría del país y habían sido formuladas, con insignificantes voces disonantes, tanto para el liberalismo como para el partido conservador…
…El exceso de centralización, sobre todo en lo administrativo, ha resultado, como es notorio, desastroso en todo sentido; y como es en si mismo un error, tanto mas nocivo cuanto más escaseen en el país las facilidades de gobierno y las vías de comunicación y transporte…Si las secciones decaen, la nación decae: eso es de sentido común. Pensar que por tener el fisco holgado, a precio de la miseria y de la ruina de las secciones, la nación, que es el conjunto de éstas, estará próspera y podrá prescindir de ellas, es aceptar un absurdo. El país no es el fisco; el país son las secciones. Y si en principio sabíamos que todo lo que fuera debilitar y empobrecer a éstas, centralizando la administración, sería ruinoso para aquel, esta verdad no puede resultar mas elocuente y dolorosamente comprobada del ensayo que está haciéndose in  anima vili.” (Planteamientos de Pedro Nel Ospina en respuesta a la consulta que se le formulara por conducto del gobernador de Antioquia acerca de la conveniencia o inconveniencia de que visitara el país el Secretario de Estado Norteamericano, Mr Eliu Root, con quien se adelantaban en Washington algunas conversaciones para arreglo definitivo de la cuestión de Panamá)

Aparecieron entonces las llamadas Juntas Republicanas conformadas por liberales y conservadores históricos, Esta confluencia política sentó las bases de la Unión Republicana que gobernó el País entre 1.910 y 1.914.

Precisamente en marzo de 1.908 los notables de Medellín (liberales y conservadores) expresaron su rechazo a Reyes, lo que condujo a la orden de detención del ilustre comerciante Don Gonzalo Mejía, quien fue el promotor de la carretera al mar. Román Gómez  fue defensor acérrimo del movimiento liderado por Carlos E. Restrepo[22].

La Unión  o Partido Republicano defendió y propició la necesidad de una reforma sustancial a la Constitución de 1.886, autoritaria, centralista y excluyente. Laureano Gómez se opuso a cualquier reforma a esa sancta sanctorum:

“¿Convención para qué?...Si ésta se reuniere, tendríamos allí de nuevo las violentas discusiones sobre las tesis que han dividido a los dos partidos, en las que no es posible llegar a ningún acuerdo; discusiones funestas, con las que nada se adelanta, que sólo dejan odio, que impiden el desarrollo del país, se volvería a tratar de la libertad de cultos, de la separación de la Iglesia y el Estado, modificando el concordato; se hablaría de la pena de muerte, de la libertad absoluta de imprenta, del sagrado derecho de insurrección, de todo aquello que hace 100 años estamos discutiendo sin provecho ninguno. Y la Convención se disolvería dejándonos una Ley contrahecha, llena de defectos, reflejo de las pasiones, de los hombres y habiendo regado sobre esta pobre tierra la semilla, demasiado fecunda por desgracia, de la intranquilidad y la zozobra. La Convención sería el camino más corto de volver a las guerras”[23]

Contrario a lo que decía Laureano Gómez, Jorge Holguín, encargado del poder por Rafael Reyes, oyendo la opinión de Pedro Nel Ospina, renunció y entregó el poder al vicepresidente legítimo a quien Reyes había excluído en forma inconstitucional, General Ramón González Valencia, y éste con la anuencia del Congreso convocó a la Asamblea Constituyente, “nombrada no por los gobernadores”, como quería Reyes, “sino por la libre elección de los Concejos Municipales”[24]. La Asamblea no originó ninguna guerra como vaticinaba Laureano sino que expidió el Acto Legislativo # 3 que tanta paz dio a nuestro país al consagrar la participación política del partido minoritario, y eligió a Carlos E. Restrepo como Presidente para el período 1.910-1914.

Laureano Gómez fue el gran contradictor de la Unión Republicana, pues nunca admitió la posibilidad de la concertación entre los partidos:

Para él era una cosa “híbrida, porque es una mezcla de ideas contradictorias y de hombres de toda clase, sin escogencia alguna; porque sus individuos o les inspira únicamente la ambición personal, o están contaminados con el pasado régimen, contra el cual vociferan, o los obsesiona el más torpe y oscuro fanatismo antirreligioso. La Unión Republicana es un refugio para los elementos malos de todos los partidos que allí encuentran bandera; ella admite en sus filas, desde el conservador integérrimo hasta el demagogo y el radical tabernario, y el facineroso que baña de petróleo la puerta de conventos. Pero sucede que el lugar que frecuenta toda clase de personas es abandonado por los que se precian de honrados y desean conservar su tacha de reputación y por eso la Unión Republicana lleva ya el estigma de su no lejano deshonor.” (Periódico La Unidad. Laureano Gómez el 16 de noviembre de 1.909)[25].

El Republicanismo, que llevó al poder al doctor Carlos E Restrepo siempre defendió la autonomía territorial hasta el punto de pedir en 1.911 regresar al régimen federal:

“Debido precisamente a todo ello, el Dr. Carlos E. Restrepo, en su mensaje al Congreso de 1.911, decía que era urgente una reforma constitucional que acentuara la descentralización administrativa que pudiera llegar aun  a la federación. Y agregaba: “si vosotros creyereis que es tiempo da dar ese paso, atendiendo a la vida propia que tienen las secciones, y a la necesidad que se les crearía de bastarse a sí mismas, no vacilaré en apoyarla.” (Alberto Dorado, El Siglo, 1.982. El Conservatismo y la Teoría Federalista.)[26]

Después del mandato de Carlos E. Restrepo, quien lideró la oposición a Rafael Reyes y restableció la normalidad democrática con la llamada Unión Republicana, subió al poder otro luchador contra el régimen de Reyes: José Vicente Concha, ya no en nombre de la Unión Republicana, sino en nombre del partido conservador, pues los miembros de la Unión Republicana volvieron a los partidos de origen. Sin embargo recuerdo que Concha se alió con Laureano Gómez en 1.922 contra la candidatura de Pedro Nel Ospina. 

A partir del gobierno de Carlos E. Restrepo, las finanzas nacionales fueron manejadas al mejor estilo antioqueño, Fueron ministros de hacienda: Esteban Jaramillo, Jesús María Marulanda, Francisco de Paula Pérez, Mariano Ospina Pérez, etc. Siempre los antioqueños han estado más interesados en “una administración eficiente y en la creación por el Estado de un ambiente propicio al desarrollo económico que en aspectos doctrinales de la política”[27]. Esto no compagina con las ideas de Laureano Gómez Castro, doctrinal por excelencia, y devoto del ideario conservador de José Eusebio Caro y Mariano Ospina Rodríguez, encarnado en la forma de gobierno implementada por Miguel Antonio Caro. Los Caro y los Gómez Castro son de Santander.

Los regionalismos se acentúan en esta época. Primero Oriente vs Occidente, insinuándose distancias entre Bogotá y Medellín. Luego se repartió mejor, pues se habló de la liga costeña, la liga oriental, las regiones del Cauca y Antioquia. Dice Germán Colmenares, refrendando lo que hemos venido diciendo sobre Laureano Gómez Castro: “La región  oriental (Santanderes, Boyacá), cuyo crecimiento se iba distanciando a ojos vistas del occidente colombiano, alimentaba resentimientos que afloraban fácilmente. Eso explica por qué, en 1.927, Laureano Gómez denunciaba la presencia de un monstruo financiero, el llamado “Leviatán”, en el que intereses antioqueños conspiraban con capitales extranjeros para apoderarse del país.”[28]. En ese año (27 de junio) se fundó, obviamente por los antioqueños (Antioquia y viejo Caldas), la Federación Nacional de Cafeteros, con los liderazgos de Carlos E. Restrepo y Mariano Ospina Pérez, entre otros.

Laureano Gómez y Alfonso López Pumarejo, se unen siendo jóvenes congresistas, y en las elecciones de 1.918, contra el candidato Marco Fidel Suarez, de raigambre antioqueña, apoyan la candidatura presidencial de Guillermo Valencia[29]. Es de anotar que la candidatura de Valencia logró el apoyo de los republicanos y de los liberales[30]. Fueron derrotados, pero comenzó su odio contra este Presidente[31]. Suárez sufrió desde su posesión el ataque inclemente de estos congresistas[32].  Pedro Nel Ospina fue elegido por Suárez como Gobernador de Antioquia.

Precisamente, una vez elegido Marco Fidel Suárez como Presidente, Laureano Gómez afirmó:

“…Los votos de todos los analfabetas del país, sumados a los votos falsos, a los registros inventados por los caciques de los pueblos, a las infinitas tramoyas de los prestidigitadores del sufragio, ahogaron el veredicto de la opinión ilustrada. Corridas unas cuantas semanas se vio que para evitarse el daño inmediato de la lucha violenta debería someterse el país al daño incomparablemente mayor de poner sus destinos en manos de los nacionalistas…”[33]

Alfonso López Pumarejo y Laureano Gómez coincidieron en muchas de sus ideas por sus constantes diálogos fruto de su amistad por el año de 1.928, y concluían que era grave la confusión entre los sentimientos y doctrinas conservadoras y liberales[34].

Los ataques comienzan en 1.919 cuando se inicia la discusión en el Congreso del tratado con los Estados Unidos acerca de la separación de Panamá, convenio que el Presidente aprobaba y respecto del cual deseaba una pronta respuesta de la corporación. Desde la Cámara, Laureano Gómez lo combatió vigorosamente. Continuaron sus ataques porque el presidente para atender necesidades propias, cuáles eran trasladar el cadáver de su hijo de Estados Unidos a Bogotá[35] vendió algunos de sus sueldos y contrajo obligaciones personales contra hipoteca.

Mírese cómo Laureano Gómez torció la ingenuidad del Presidente Suárez y lo tachó de bandido:

“Aquí tengo una fotocopia de una carta en que el señor Presidente vende a un banco extranjero su sueldo y sus gastos de representación. Y si el solo hecho de vender los sueldos es de por sí merecedor de la más enérgica censura por exhibir el primer Magistrado en actitud desairada ante una entidad extraña, qué decir de los gastos de representación que no son una prima para el Primer Magistrado, ni una adehala para que pueda disponer a su arbitrio, sino que tiene su destino y su objeto. Esas partidas son para responder a los gastos de los banquetes y fiestas que el señor Presidente se vea en la precisión de dar por el desempeño de su cargo…se habla del económico presidente…Del humilde presidente…No da fiestas…pero se guarda para sí el dinero destinado para estos fines…(Luego se dirigió con ademán imperativo al Ministro de Gobierno y le gritó:) Salga su señoría de este recinto y al constatar la veracidad de mis afirmaciones, niéguese a sentarse al lado de quien tiene tan ruin idea del decoro que se requiere para gobernar a la Nación…”[36]

Marco Fidel Suárez hubo de renunciar para que fuese aprobado el tratado con los Estados Unidos, con el fin de reconocer un estado de hecho consolidado y lograr una indemnización. Su renuncia dio resultado, pues quien terminó el mandato de Suárez, el Presidente Jorge Holguín, logró que el 1 de marzo de 1.922 se hiciera el canje del tratado con los Estados Unidos[37].

Era tanta la molestia del Dr. Gómez contra los antioqueños que no sólo insultó al Dr. Marco Fidel Suárez, también insultó al Dr Esteban Jaramillo, cuando comenzó su ataque en la Sesión de la Cámara del martes 18 de octubre de 1.921:

“El Ministro, Dr. Esteban Jaramillo, dijo que trabajaba en un tinglado. En los tinglados sólo trabajan los fantoches: luego el señor Ministro es un fantoche”. Es de recordar que el Dr. Esteban Jaramillo, como ministro de Hacienda de Olaya Herrera, fue quien sacó al país adelante después de la grave depresión de 1.929 y 1.930, e hizo decir al Alfonso López Michelsen:

“Algún día la historia hará justicia al formidable binomio que Olaya constituyó con su ministro de Hacienda, el doctor Esteban Jaramillo. No sabía de economía. No conocía la administración pública por dentro. No había nunca analizado los renglones de un presupuesto de rentas y gastos; pero era un criterio y una voluntad…la imaginación económica la ponía el doctor Esteban Jaramillo y la voluntad política Enrique Olaya Herrera.
Quién hubiera podido imaginar soluciones para los problemas mas apremiantes como los que surgían de la fértil cabeza del doctor Jaramillo.
¡También, qué soluciones tan novedosas, tan  inesperadas, tan heterodoxas!”[38]

Los antioqueños continuaron su hegemonía en el gobierno, pues terminado el mandato de Marco Fidel Suárez, fue elegido Presidente de la República para el período 1.922 a 1.926, el General Pedro Nel Ospina Vásquez.

La candidatura de Pedro Nel Ospina fue impulsada por Marco Fidel Suarez y Román Gómez, y muy combatida por Laureano Gómez, quien veía en esa candidatura el continuismo que él había atacado ferozmente en el gobierno de Suárez[39].

Correspondió al gobierno del General Ospina recibir la indemnización que por $ 25.000.000,00 entregó Estados Unidos a Colombia reconociendo su indebida participación en la separación de Panamá. Obviamente nada de lo que tuviera que ver con Panamá era del gusto de Laureano Gómez. Precisamente fue Román Gómez el gran impulsador de la candidatura triunfante del General Ospina Vásquez[40].

Es también necesario mencionar que entre Carlos E. Restrepo y Pedro Nel Ospina siempre existió amistad. Ambos hicieron parte del ejército antioqueño bajo el mando del General Marceliano Vélez en la guerra de 1.885[41], defendiendo el gobierno del Presidente Conservador Rafael Núñez. En la guerra de los 1.000 días, el Dr. Carlos E. Restrepo fue el Jefe de Estado Mayor del General Pedro Nel Ospina[42]. En el gobierno de Carlos E. Restrepo, éste designó como ministro al Dr. Mariano Ospina Vásquez, hermano de Pedro Nel Ospina y muy cercano al Presidente[43]. En este gobierno la Cámara de Representantes eligió como su Presidente a Don Román Gómez.

También Marco Fidel Suárez, el atacado por Laureano Gómez, fue un gran amigo de Pedro Nel Ospina y decidido defensor de su candidatura única[44] para la Presidencia, lo que tampoco gustó a Laureano Gómez. Gómez apoyaba, en contra de Suárez y Ospina, la candidatura conservadora reeleccionista de José Vicente Concha[45].

Cuando fue elegido Pedro Nel Ospina, inmediatamente su contradictor, Laureano Gómez, atribuyó su victoria al: “fraude y la maquinaria oficial montada antes de su renuncia por el presidente Suárez, para asegurar la sucesión a su paisano, con quien le ligaban tan entrañables vínculos políticos y personales”[46]. El liberalismo, azuzado por Laureano Gómez, en lugar de aceptar participar del gobierno, como fue el anhelo y la solicitud de Ospina se fue a la oposición frontal, acabando con la concordia nacional que habían logrado establecer los presidentes antioqueños desde 1.910 hasta 1.926.

En 1.922, comenzado el Gobierno de Pedro Nel Ospina, quien llegó con el apoyo de Marco Fidel Suarez y Román Gómez, se visionó el Frente Nacional, pues para anteponer el interés nacional al partidista, se celebró la llamada Entrevista de la Capilla entre Román Gómez, Benjamín Herrera y Pedro Nel Ospina, para propiciar un acuerdo bipartidista. No hay que hacer un esfuerzo muy grande para saber quien se opuso a éste pacto y dio al traste con la encomiable idea: Laureano Gómez Castro[47].

EL GOBIERNO DE OLAYA HERRERA

Olaya Herrera fue otro de los que figuraron como más importantes opositores al gobierno de Rafael Reyes[48].

Esa oposición lo involucró en la Unión Republicana en 1.910 e hizo grandes amigos dentro de los antioqueños conservadores que hicieron parte de ella, fue entonces ministro de Relaciones Exteriores en el Gobierno de Carlos E. Restrepo[49].

“¿Qué es la Unión Republicana? Cuando el combate contra la dictadura exigió el esfuerzo combinado de elementos políticos que en pasadas épocas habían pertenecido a opuestos bandos, surgió la Unión Republicana. Pero aquello no fue un acercamiento fortuito, un acto caprichoso destinado a la vida efímera de las cosas artificiales. Todo lo contrario: fue el resultado de causas permanentes e intensas que han puesto a plena luz las anomalías que existen en la actual organización de los partidos.
Se propusieron los nombres que la formaron, luchar primero por la restauración de la República y por el exterminio de un régimen. No había parlamento elegido por el pueblo. No había leyes que rigieran de un modo estable, siendo ellas expedidas y derogadas por el capricho de un hombre. No había respeto alguno por el derecho individual: la orden verbal y el mandato del gendarme, sintetizaban toda legislación y toda práctica en la materia. No había control alguno en el manejo de los caudales públicos; los presupuestos se formaban para enriquecer a los allegados y a los íntimos..Para combatir aquel acervo de males surgió la Unión Republicana.” (Enrique Olaya Herrera, Periódico La Gaceta Republicana, en 1.909).[50]

En 1.921 fue designado Ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Jorge Holguín, quien fue designado para terminar el período de Marco Fidel Suárez y defendió el tratado Urrutia – Thomsom, que pone fin a la cuestión de Panamá y se enfrenta a Laureano Gómez en duros debates[51].

Precisamente cuando Gabriel Turbay y Eduardo Santos sugirieron que Olaya fuese el candidato liberal para presentarse en las elecciones de 1.930 contra los candidatos conservadores Guillermo Valencia y Alfredo Vasquez Cobo, ambos del occidente colombiano, Olaya no quiso aceptar si sería candidato exclusivo del partido liberal y aceptó con la condición de ser el candidato de una coalición con los conservadores que fueron sus amigos en la época republicana[52]. Precisamente Olaya era embajador en Washington representando un gobierno conservador, el de Miguel Abadía Méndez. Carlos E. Restrepo fue el conservador que más apoyó entonces la candidatura de Enrique Olaya Herrera[53]. Obviamente pensamos que Laureano Gómez debió haber apoyado a Guillermo Valencia, pues en 1.918 también lo había apoyado. Laureano Gómez entonces también salió derrotado y por su talante debe planear una oposición frontal contra Olaya y especialmente contra los conservadores que lo apoyaron, esto es, los antioqueños.

El Dr. Carlos E. Restrepo dijo el 11 de enero de 1.930 en Medellín:

“El comercio decae amenazado por la ruina. El Tesoro se encuentra exhausto. Vendrán las quiebras. Colombia debe alrededor de 250 millones de dólares, casi todos a los EE.UU., y paga anualmente por intereses y amortización 25. Por ello las reservas del Banco de la República están disminuyendo. Así, pues, si el partido conservador se cae, no se diga que alguien lo ha derrumbado, sino que ha caído al peso de su propia podredumbre.”[54]

Debe mencionarse que el gobierno de Olaya, efectivamente fue un gobierno de concentración nacional, en el cual le dio la misma representación al partido conservador que al liberal: nombró 4 ministros liberales y 4 conservadores y repartió 7 gobernaciones a cada uno de los partidos. Su ministro de Gobierno fue el expresidente antioqueño Carlos E. Restrepo y su ministro de hacienda el reconocido hacendista antioqueño Dr. Esteban Jaramillo[55]. El Dr Esteban Jaramillo ya había sido ministro de Obras Públicas y de Tesoro en el gobierno de Marco Fidel Suárez[56].

Román Gómez, ante la división del conservatismo entre los seguidores de Alfredo Vásquez Cobo y Guillermo Valencia, y atisbando que esa división llevaría a la entrega del poder siempre buscó una tercera vía, un tercer candidato y en eso puso todo su empeño, pues el conservatismo tenía las mayorías del País, pero no lo logró. Fue tanta su disciplina por el partido que se alejó de sus compañeros de bregas, los antioqueños que decidieron apoyar a Olaya Herrera y 4 días antes de las elecciones decidió dar su voto público por Vásquez Cobo.[57]

Durante al Gobierno de Olaya Herrera, Don Román Gómez predicó la convivencia política nacional para “evitarle mayores males a la patria”[58]. En consecuencia, como jefe político del conservatismo hizo los pactos políticos que creyó convenientes, adelantándose a lo que fue el Frente Nacional entre 1.958 y 1.974. Olaya Herrera necesitaba esos pactos porque el conservatismo tenía la mayoría en el Senado y sólo el liberalismo alcanzó una exigua mayoría en la Cámara[59].

Para mostrar el carácter de los pactos realizados por Román Gómez mírese la declaración que suscribió con el Jefe Liberal de Antioquia, Capitán Julián Uribe Gaviria: “Voceros ambos de poderosas agrupaciones políticas, declaramos a la faz de Colombia que estas tienen proscrito el antagonismo inconciliable y que, conservando cada cual su doctrina, su fisonomía y su organización propias, confunden sus esfuerzos con fraternal entusiasmo para trabajar unidas por el engrandecimiento de la Patria.”[60]

Pues fue el famoso Pacto de agosto de 1.931 que se suscribió entre el partido conservador, liderado por Román Gómez, y por el partido liberal, liderado por Julián Uribe Gaviria, el que fue calificado por Laureano Gómez como la entrega del Partido en manos del liberalismo, y que lo aprovechó para hacerse a las riendas del partido, más pensando en su propia persona que en el País[61]. Acaso éste pacto no fue calcado por el mismo Laureano Gómez en Sitges y Benidorm con Alberto Lleras Camargo, y que dio origen al Frente Nacional? Es que al Dr Gómez Castro no le sirve ningún pacto si no es propuesto por él, porque el Frente Nacional realmente fue propuesto por el Presidente Ospina Pérez cuando durante su mandato y lo reiteraba continuamente cuando le entregó el poder a Laureano.

Precisamente fueron Boyacá y los Santanderes, la tierra de Laureano Gómez, los que se negaron a entregar el poder a Olaya Herrera y éste tuvo que afrontar un fenómeno de violencia política representado en grupos de bandidos en esos departamentos que tuvo que afrontar con el ejército[62].

Román Gómez, en concierto con Olaya Herrera pretendían cerrarle el paso a la Presidencia al Dr Alfonso López Pumarejo, éste sí, un Laureano, pero rojo[63]. Pues Laureano Gómez mandó al conservatismo a la oposición frontal abriendo al camino a López Pumarejo “para hacerle un juego de compadrazgo”[64]

LA VIOLENCIA POLITICA

La violencia política en Colombia es un fenómeno que se puede ubicar entre 1.934 y 1.954. Fueron 20 años donde la polarización ideológica fue extrema. Sus protagonistas fueron los dos grandes amigos de siempre: Alfonso López Pumarejo y Laureano Gómez Castro, quienes siempre propendieron por gobiernos de partido, excluyentes y por una oposición sistemática y radical.

Pues fue Román Gomez quien avizoró lo que iba a ocurrir cuando su propuestas de una tercera candidatura no prosperó y vio sucumbir a su partido en la derrota de 1.930. A los pocos días de esa derrota (15 días exactamente) dijo:

“Las elecciones que acaban de verificarse no fueron un juego de niños. Es algo sumamente grave. Ni el partido conservador sabe lo que ha perdido, ni el partido liberal sabe lo que ha ganado. Si el partido conservador comete el error de embarcarse en una política de oposición sistemática, se perderá sin remedio y nadie podría imaginar el cúmulo de males que caería sobre nuestra patria. Es necesario salvarlo de este peligro, cueste lo que costare. Por el momento creo que la única salvación que podría aminorar los males que veo llegar, es impedir que en el Congreso se desate esa oposición, y nosotros somos los llamados a conseguirlo. Para ello es necesario aprovechar la confusión reinante y formar con los liberales de ambas cámaras una fuerza de unión nacional, formando una mayoría capaz de controlar todas las actuaciones legislativas con lo cual se salvarán ambos partidos, pues uno y otro están en peligro” (Carta de Pedro J. Olano Caro al doctor José Ignacio Vernaza, fechada en Cali, el 12 de noviembre de 1.949)[65]

Palabras proféticas, pues la oposición irreflexiva del conservatismo, ya bajo la batuta de Laureano Gómez, después de haber pasado por encima de Don Román[66], hizo nacer en Colombia el engendro más terrible de todos los engendros: la guerrilla asesina de las FARC.[67]

Esa posición de Don Román Gómez fue la que lo hizo acercar a los conservadores que apoyaron a Olaya Herrera, los antioqueños, al liberalismo, e hizo nacer el llamado Pacto de Unión Nacional Patriótica, y a su vez, desató el ataque fiero de Laureano Gómez que termina con la injuria crispiniana.[68]

CONCLUSION

Román Gómez siempre llevó consigo la famosa frase del General Rafael Uribe Uribe: “La Patria por encima de los Partidos.”[69]. Refrendado esto óigase con atención parte del discurso que le leyó Don Román Gómez, como Presidente de la Asamblea de Antioquia, al Capitán Julián Uribe Gaviria, en la posesión como Gobernador de Antioquia, y que éste recogió íntegramente en su discurso de respuesta:

“Voceros ambos de poderosas agrupaciones políticas declaramos a la faz de Colombia que éstas tienen proscrito el antagonismo inconciliable, y que, conservando cada cual su doctrina, su fisonomía y organización propias, confunden sus esfuerzos con fraternal entusiasmo para trabajar unidos por el engrandecimiento de la Patria” (29 de marzo de 1.932)[70]

El 10 de julio de 1.932, Don Román Gómez es elegido como Segundo Designado de la República de Colombia, siendo el primero el Capitán Julián Uribe Gaviria, gobernador de Antioquia.

El Concejo de la ciudad de Marinilla, en Resolución # 6 del 10 de julio de 1.932, en su numeral 14, supo resumir la praxis política de Don Román Gómez, que de haberse seguido, hubiese evitado los grandes males que nos acongojan:

“14. Que hoy mismo, vencido el conservatismo, el doctor Román Gómez, con clara visión de las necesidades de la Patria y de los intereses de la causa conservadora, ha proclamado, sostenido y desarrollado una política de inteligencia, cordura y conciliación como la única capaz de alejar de nuestro suelo el horroroso cuadro de una guerra civil, afianzar la patria por encima de los partidos y sentar las bases para una lucha cívica, leal y franca que permita a nuestro partido la reconquista del poder;”[71]

Quiero terminar con una remisión que hace Luis Duque Gómez a los Sueños de Luciano Pulgar y que exaltan este pueblo por el que se desvivió Don Román Gómez:

“Yo, Donato Linares, soy del centro del corazón de Colombia conservadora, porque soy del Oriente de Antioquia, provincia la más conservadora de ese departamento, el cual es el más conservador de la república. Soy de la tierra que tuvo por cura a Jorge Ramón de Posada, defensor del Libertador y él mismo libertador de los esclavos; de la tierra que produjo aquel magistrado que cayó al pie del cañón en Cartago, después de haber ilustrado como mandatario e institutor. Fue tan instruido que don Mariano, con el doctor Isaza, con don Santiago y con Muñoz, formaron el grupo de profesores que podrían llamarse enciclopédicos en aquel tiempo, porque examinaban en todas las materias, en los certámenes públicos en los colegios de entonces. Mi tierra ha dado el ser a cinco o seis prelados de la iglesia colombiana y a una multitud de sacerdotes ejemplares. En la marina de Luis Felipe fue tal vez capitán de navío uno de aquellos Jiménez, cuyo apellido es ornamento que brilla y sigue brillando en nuestro pasado.” (Marco Fidel Suárez. Sueños de Luciano Pulgar. Biblioteca de Autores Colombianos. Bogotá, 1.952. Tomo I, pp 216-217)[72]

Por último, de Don Román Gómez Gómez, dijo el ilustre Republicano Dr Carlos E. Restrepo: “O éste hombre es muy grande, o este pueblo es muy pequeño”. Y el médico Pío Gómez Moreno, repitiendo lo que dice el vate, que resume la vida política de Román Gómez:

“Los claros timbres de que estoy ufano
han de salir de la calumnia ilesos.
Hay plumajes que cruzan el pantano
Y no se manchan. Mi plumaje es de esos.” [73]


JULIO ENRIQUE GONZALEZ VILLA



[1] El Tormentoso Laureano Gómez; Horacio Gómez Aristizabal; Ed. Kimpres; Bogotá; 2.001; Pag. 133
[2] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 6.
[3] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 24.
[4] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 8.
[5] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 8.
[6] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 190.
[7] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 226.
[8] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag.33.
[9] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 295
[10] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; 1.930-1.934. Olaya Herrera: un nuevo régimen; Mario Latorre Rueda; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 280.
[11] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; 1.930-1.934. Olaya Herrera: un nuevo régimen; Mario Latorre Rueda; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 280.
[12] Ensayos Críticos. Mis Contemporáneos. Juan Lozano y Lozano; Colección Autores Nacionales; Instituto Colombiano de Cultura; # 34; Impresa Ltda.; Bogotá, 1.978, pag 44
[13] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; 1.930-1.934. Olaya Herrera: un nuevo régimen; Mario Latorre Rueda; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 296.
[14] Historia del Departamento de Antioquia; Francisco Duque Betancur; Imprenta Departamental; 1.967; Pag. 822.
[15] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 76
[16] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 91.
[17] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; De Carlos E. Restrepo a Marco Fidel Suárez. Republicanismo y Gobiernos Conservadores; Jorge Orlando Melo; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 218.
[18] Presidentes de Colombia 1.810-1990; Ignacio Arismendi Posada; Ed Planeta; Bogotá; 1.989; Pag. 222.
[19] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; Antecedentes Generales de la guerra de los Mil Días y golpe de Estado del 31 de julio de 1.900; Carlos Eduardo Jaramillo; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 74.
[20] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; De Carlos E. Restrepo a Marco Fidel Suárez. Republicanismo y Gobiernos Conservadores; Jorge Orlando Melo; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 218.
[21] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 99

[22] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 11.
[23] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 109
[24] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 110.
[25] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 112.
[26] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 12
[27] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; De Carlos E. Restrepo a Marco Fidel Suárez. Republicanismo y Gobiernos Conservadores; Jorge Orlando Melo; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 226.
[28] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; Ospina y Abadía: La Política en el Decenio de los Veinte; Germán Colmenares; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pág. 246.
[29] “Otro factor importante fue su amistad personal con el dirigente liberal Alfonso López. López y Gómez habían sido amigos y colegas desde sus años en el Congreso luchando contra Marco Fidel Suárez y contra la maquinaria clientelista conservadora.” (Laureano Gómez y los Masones 1936-1942; Thomas J. Williford; Planeta; Bogotá, 2005, pag 86)
[30] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; De Carlos E. Restrepo a Marco Fidel Suárez. Republicanismo y Gobiernos Conservadores; Jorge Orlando Melo; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 234.
[31] “…, por allá en 1.917, Román Gómez recibió una carta del Dr. Laureano, en que le decía que se opusiera a la candidatura de Marco Fidel..” Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 33.
[32] Presidentes de Colombia 1.810-1990, Ignacio Arismendi Posada; Ed Planeta; Bogotá, 1.989, Pag.  214.
[33] Don Marco Fidel Suárez; Fernando Galvis Salazar; Biblioteca de Historia Nacional, Vol. CXXVI; Editorial Nelly, Bogotá, 1.974, Pag. 169.
[34] Ayer, Hoy y Mañana del Liberalismo Colombiano, Tomo III, Un Radical en el Congreso; Alfonso Romero Aguirre, 3 edición, Editorial Iqueima, Bogotá, 1.949, Pag. 33
[35] El Tormentoso Laureano Gómez; Horacio Gómez Aristizabal; Ed. Kimpres; Bogotá; 2.001; Pag. 135
[36] El Tormentoso Laureano Gómez; Horacio Gómez Aristizabal; Ed. Kimpres; Bogotá; 2.001; Pag. 134
[37] Presidentes de Colombia; Luis Alfonso Plazas Vega; Editorial Panamericana, Bogotá, 1.998, Pag. 202
[38] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 237
[39] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 173
[40] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 24.
[41] Presidentes de Colombia; Luis Alfonso Plazas Vega; Editorial Panamericana, Bogotá, 1.998. Pag 205
[42] Presidentes de Colombia; Luis Alfonso Plazas Vega; Editorial Panamericana, Bogotá, 1.998, Pag. 187
[43] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; De Carlos E. Restrepo a Marco Fidel Suárez. Republicanismo y Gobiernos Conservadores; Jorge Orlando Melo; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 226.
[44] Presidentes de Colombia 1.810-1990, Ignacio Arismendi Posada; Ed Planeta; Bogotá, 1.989, Pag.  222.
[45] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; 1.930-1.934. La Cuestión del Canal desde la Secesión de Panamá hasta el Tratado de Montería; Alfonso López Michelses; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 169.
[46] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 176.
[47] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 11.
[48] Presidentes de Colombia 1.810-1990, Ignacio Arismendi Posada; Ed Planeta; Bogotá, 1.989, Pag.  229.
[49] Presidentes de Colombia; Luis Alfonso Plazas Vega; Editorial Panamericana, Bogotá, 1.998, Pag 217
[50] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 111.
[51] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; 1.930-1.934. Olaya Herrera: un nuevo régimen; Mario Latorre Rueda; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 284.
[52] Presidentes de Colombia 1.810-1990, Ignacio Arismendi Posada; Ed Planeta; Bogotá, 1.989, Pag.  230.
[53] Presidentes de Colombia; Luis Alfonso Plazas Vega; Editorial Panamericana, Bogotá, 1.998., Pag. 218. “Olaya también contaba con el apoyo activo de ciertos conservadores, siendo el más prominente Carlos E. Restrepo, ex presidente de la Unión Republicana (1.910-1.914) quien junto con otros conservadores habían sido ministros en el gabinete de Olaya.” (Laureano Gómez y los Masones 1936-1942; Thomas J. Williford; Planeta; Bogotá, 2005, Pág. 86)

[54] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 239
[55] Presidentes de Colombia; Luis Alfonso Plazas Vega; Editorial Panamericana, Bogotá, 1.998, Pag. 218
[56]Ayer, Hoy y Mañana del Liberalismo Colombiano, Tomo III, Un Radical en el Congreso; Alfonso Romero Aguirre, 3 edición, Editorial Iqueima, Bogotá, 1.949, Pag. 129
[57] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 249
[58] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 12.
[59] Nueva Historia de Colombia, Tomo I, Historia Política 1.886-1.946; 1.930-1.934. Olaya Herrera: un nuevo régimen; Mario Latorre Rueda; Ed. Planeta; Bogotá, 1.989, Pag. 286.
[60] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 12.
[61] «Aquí todo lo hace y deshace, lo planea y lo fabrica el señor Román Gómez a quien hay que darle lo que solicite, lo que pida... “................................. LAUREANO GOMEZ .
[62] Obras Selectas; Juan Lozano y Lozano; Clásicos y Contemporáneos Colombianos; Ed Horizonte; Medellín, 1.956, Pag. 800
[63] “Aunque López fue responsable de la campaña presidencial de Olaya, no estaba de acuerdo con la manera cautelosa y moderada con que Olaya manejaba los problemas sociales, ni con la inclusión de tantos conservadores en la nueva administración…Después de la elección de Olaya, López aceptó un puesto diplomático en Londres, y estando en Europa tuvo la oportunidad de reunirse con su viejo amigo Laureano Gómez, en Ámsterdam. Gómez estaba de acuerdo con López en cuanto a mantener un partido en la oposición y el otro en ele gobierno, y compartía también la opinión de López sobre la administración de Olaya.” (Laureano Gómez y los Masones 1936-1942; Thomas J. Williford; Planeta; Bogotá, 2005, pag 87)
[64] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 50.
[65]Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 249
[66] “A causa de la derrota electoral de 1.930 y de la falta de firmeza ideológica dentro de su partido, Laureano Gómez quiso ser el jefe de su colectividad.” (Laureano Gómez y los Masones 1936-1942; Thomas J. Williford; Planeta; Bogotá, 2005, pag 88)
[67] “Gómez fue elegido senador in abstentia, y decidió volver a Colombia en mayo de 1.932. Después del fracaso de 1.930, encontró un partido conservador dividido y desorganizado pero todavía mayoritario en el nuevo Congreso. No obstante, como Olaya tenía participación conservadora en su gabinete, contó allí de ciertos conservadores, liderados por el antioqueño Román Gómez. Olaya tuvo pocos problemas legislativos gracias a los votos favorables de los liberales y conservadores “romanistas”. Esa era la situación cuando Laureano Gómez volvió al país. El nuevo senador, ausente de Colombia por casi cuatro años pero todavía recordado por sus habilidades retóricas contra Marco Fidel Suárez en 1.921, organizó un movimiento de oposición a Román Gómez. En pocas semanas, Román Gómez fue sacado de la dirección del partido y reemplazado por el más intransigente, Laureano Gómez.” (Laureano Gómez y los Masones 1936-1942; Thomas J. Williford; Planeta; Bogotá, 2005, pag 87)
[68] “El candidato Alfonso López Pumarejo había luchado con Gómez contra la corrupción política desde hacía dos décadas, cuando los dos eran jóvenes amigos y congresistas y apoyaban, entre otras cosas, la candidatura de Guillermo Valencia en 1.918 y la renuncia de Marco Fidel Suárez en 1.921. En 1.934, el tema que unió de nuevo a los dos personajes fue el “antiolayismo”. López representó el ala reformista y activista del partido liberal, en contra de la “moderación” excesiva de Olaya; y Gómez, por su parte, no toleró a los colaboracionistas “olayistas” dentro de su propio partido.” (Laureano Gómez y los Masones 1936-1942; Thomas J. Williford; Planeta; Bogotá, 2005, pag 95)
[69] Román Gómez. Centenario. Juan B. Giraldo. Ediciones Pluma de Oro, Medellín, 1.979, Pag. 26.
[70]Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 262
[71]Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 273
[72] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 9
[73] Román Gómez. Municipalismo y Concordia Nacional; Luis Duque Gómez; Colección Pensadores Políticos Colombianos; Cámara de Representantes; Imprenta Nacional de Colombia; Bogotá, 1.985; Pag. 287.